CARTA A LOS PADRES
¿CÓMO ACOMPAÑAR A NUESTROS HIJOS EN SU ELECCIÓN AL SECUNDARIO?
La decisión de nuestros hijos sobre qué estudiar genera muchos miedos, dudas y ansiedades. Queremos que sean felices con la elección, pero también deseamos con todas nuestras fuerzas que vayan seleccionando opciones que los conduzcan a un porvenir seguro y estable.
Las presiones que experimentan y perciben los chicos, pueden ser expresadas abiertamente o en forma solapada. Con frecuencia existen comentarios de personas significativas para él o ella, de agrado con respecto a determinadas carreras, modalidades, orientaciones y de rechazo y desvalorización hacia otras. Nuestros gestos, muchas veces dicen más que las palabras.
También influye lo vivido satisfactoriamente por los chicos, o a la inversa, ya sea en la escuela o fuera de ella.
Lo que sus padres transmiten con respecto a sus profesiones o al trabajo que realizan ellos mismos, lo que comentan de otras profesiones son también parámetros orientativos.
Los amigos juegan un papel importantísimo en la toma de decisiones. La mayoría de las veces la elección está determinada por el “grupo de pertenencia”, y en estos casos “ganan” las elecciones que impliquen “estar con mi amigo/a” pero se “pierde” la posibilidad de aprender a elegir .
Polarizar la elección entre las opciones según lo “aburrido o no”, lo difícil o fácil, es otra forma de simplificar un momento verdaderamente complejo.
Es importante recordar que no se nace con una vocación. La vocación es un proceso permanente, dinámico, que tiene su inicio en la infancia y se configura a lo largo de toda la vida. Ésta será una elección que debe ser entendida como un momento de ese proceso, no como algo definitorio. Si elijo la orientación en economía no necesariamente “debo” seguir contador, economista…En el secundario los chicos seguirán aprendiendo a conocerse y a conocer el mundo.
Es importante que nuestro hijo/a elija de acuerdo a sus reales posibilidades y deseos.
Estrategias para los padres:
- encontrar el delicado equilibrio entre ayudar, sin interferir ni invadir, a veces no inmiscuirse puede ser vivido como desinterés. Tomar distancia sin abandonar
- tener una actitud de espera sin anticiparse.
- fortalecer la autoestima, sin caer en exageraciones irreales.
- estimular la comunicación para que exprese sus ideas, intereses, proyectos y temores.
- estimular a que investiguen por su cuenta todo lo relativo a la modalidad/ orientación y a la elección de la institución en sí. Acompañándolo cuando él /ella lo necesite.
- evitar proyectar los propios deseos, sueños, aquel que les hubiese gustado ser. Simultáneamente la aspiración de trascender en el hijo puede ser de tal magnitud que obstaculice el desarrollo.
- fomentar que elijan por sí mismos y no por influencia de amistades o por temor a perderlas, la elección es la expresión máxima de su singularidad.
-Abrir espacios de diálogo entre padres e hijos y priorizar en esos momentos la actitud de escucha.
Cuando un hijo llega al momento de la elección los padres ,sin darse cuenta revisan, evalúan sus elecciones anteriores: vocacionales, ocupacionales, incluso afectivas.
El hijo debe ser el “protagonista de la búsqueda”, los padres, hermanos, abuelos, etc. serán los personajes secundarios, acompañantes.
La mejor contribución del entorno familiar será estimular y motivar a que el chico/a realice su proceso de búsqueda, que se conozca y despliegue sus potencialidades, sus capacidades, favoreciendo que decida con libertad, y por sobre todo con la responsabilidad que ello implica.
Lic. Mabel Baldasso
Prof. de Orientación y Tutoría